¡Ay, Agustina! Agustina Ruiz Dupón. Esa científica, física ella, que fue recomendada por Marie Curie a Blas Cabrera, de la que éste habló a Albert Einstein en sus cartas, esas cartas que fueron halladas en un baúl propiedad, supuestamente, de Franco. Qué lío. ¿Quién fue Agustina? ¿De verdad Cabrera dirigió su tesis en 1923? ¿Sabía de mecánica cuántica y relatividad general lo que entonces no estaba escrito? Tendremos que esperar a las D+i, concretamente a la tarde del viernes 26 de octubre, para resolver el enigma, uno de tantos que afectan a mujeres y niñas en la ciencia y la divulgación.

En los años 30, desapareció del mapa. La búsqueda de su rastro ha traído de cabeza a dos investigadores del Instituto de Astrofísica de Andalucía (CSIC), Emilio García y Manuel González, a quienes la historiadora Esther Vidal puso sobre la pista de Ruiz Dupón. Maravillados con la personalidad de la científica y con su rotunda desaparición, los investigadores vienen a contarlo. ¡Y cómo! En triple formato: Agustina en radioteatro, en ficción sonora; Agustina en cine; y Agustina sobre las tablas del auditorio de Etopia. Pura expresión transmedia.

 

Señoras y señores, con todos ustedes: ‘El enigma Agustina’, todo un espectáculo a la altura de una colosal científica, cuyas huellas fueron halladas en ese misterioso baúl encontrado por los albañiles que ampliaron el Palacio del Pardo. Emilio y Manuel asumieron el reto de darla a conocer al mundo entero. Y se unieron para ello a Susana Escudero y Natalia Ruiz Zelmanovitch. Juntos, divulgadores todos, han hecho una mezcla de arte y ciencia, de grandezas y miserias, de datos, pistas y suposiciones, de ausencia de registros y de sorpresas.

 

Han llevado a Agustina a la gran pantalla y a las ondas de radio y la han sacado de ahí, en un momento de su vida muy especial, para que los asistentes a D+i la conozcamos en carne y hueso. En su salsa. Y vamos a sentirnos, seguro, muy identificados con ella.

Para Emilio García, el descubrimiento de la científica y la teatralización de sus investigaciones ha sido “una aventura alucinante”. Manuel González asiente y adelanta: “El montaje que estrenaremos en las Jornadas D+i nos permite dar un salto mortal sin paracaídas y mezclar simultáneamente en un escenario cine, radio, música y teatro, para dar voz a tantas Agustinas desconocidas por el gran público”.

Natalia Ruiz Zelmanovitch, que encarna a Agustina Ruiz Dupón en el escenario, reconoce que “esta historia sólo puede ser desvelada por quienes la presencian, anhelando las respuestas que, con cuentagotas, van revelando los protagonistas”. Para ella, “El enigma Agustina’ es un reto, un lamento, un recuerdo, una esperanza atroz, una obra de arte que parece hecha de retazos, cosidos con maestría por sus dos directores (Manu González y Emilio García)”. Hasta el padre de la actriz, Manuel Ruiz, ha vivido como extra esta aventura, incluso un momento estelar de la misma.

El espectáculo, dice Emilio García “es un homenaje a las científicas desconocidas y a la época en que vivió Agustina”. A Ruiz Zelmanovitch le resulta “esperanzadora para la ciencia de este país”. Y Manuel González añade que “este peculiar personaje nos adentra en una época apasionante para la ciencia europea, el primer tercio del siglo XX, que vio nacer disciplinas como la mecánica cuántica y la relatividad general”. Al final, sabremos cuál fue la mayor sorpresa que se llevaron los científicos mientras investigaban ‘El enigma Agustina’.