dinosaurio

«Cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba allí». Así empieza y así termina «El dinosaurio», el célebre microrrelato del escritor guatemalteco Augusto Monterroso, uno de los relatos más cortos jamás escritos en español. ¡Y bien podría haber sido un tuit!

Puesto que en 2013 se cumple el aniversario de la muerte de Monterroso, y aprovechando las posibilidades que nos brinda la plataforma de microblogging Twitter, desde las Jornadas D+I invitamos a inscritos, ponentes y tuiteros interesados por la divulgación a desarrollar un relato colectivo cuya primera frase sea, precisamente, «El dinosaurio» de Monterroso. Con una premisa: procurar que el relato resultante tuviera contenidos divulgativos. Otra forma innovadora de comunicar la ciencia que ha dado lugar al siguiente tuit-relato colaborativo:

 

‪ Cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba allí. (@jornadasDmasI)

‪Y la bola de fuego ya casi ocupaba todo el cielo. «No hay futuro», pensó el pequeño mamífero. (@p_colado)

‪ Se acercó sigiloso al dinosaurio y, al rozar la piel escamosa del mastodóntico reptil, la notó agradablemente caliente. ‪(@ElenaSanz_)

‪ Descubrió que el dinosaurio no estaba solo. Y que, a su manera, sabía abrazar. ‪http://dribbble.com/shots/1270702-Last-Day-on-Eart… (@pampanilla)

‪ Pero tenía un miedo irracional a acabar en la tripa del animal, no precisamente al estilo Crystal Palace. (@omenendez)

Cuando vio que los dinosaurios dormían, decidió dar una vuelta por la isla a bordo de su globo. (@laura_chaparro)

‪‪ Así que, como no tenía nada que perder, se elevó al cielo encendido en llamas y comenzó a cantar su historia, más allá del tiempo. (@bynzelman)

‪ Los reptiles voladores pterosaurios huían del cielo y los reptiles marinos ictiosaurios y plesiosaurios se ocultaban en el agua. (@A_Valenzuela)

«Mi último día en la Tierra», pensó. No imaginaba que a la extinción que se avecinaba sobrevivirían animales de menos de 50 kg. (@ElenaSanz_)

Quién iba a pensar que la madriguera en la que dormía un pequeño mamífero parecido a una musaraña iba a ser un buen refugio. (‪@PalomoMarta)

¿Y cómo imaginar que ‘insignificantes’ bacterias podrían ser más fuertes que el dinosaurio, que era uno de los animales más respetados? (‪@ICIQchem)

Y es que, digan lo que digan, el tamaño si que importa. ‪(‪@Chitiunchit)

De repente, otros dos ojos, igual de pequeños y rápidos que los suyos, aparecieron detrás de aquel gigante todo dientes. (@saramuttoni)

Y en esos ojos leyó la historia de su propia especie, de milenios de huidas. Se vio reflejado en ellos como en aguas límpidas ‪#relatoDmasI (‪@CarmenSerrana)

En ese instante supo que era uno de los elegidos, y nada importaba que al despertar el dinosaurio todavía estuviese allí. (‪@MorenaTichi)

¡Gracias todos los participantes!